La mariposa del esfenoides y la sexta evolución humana que ya está aquí
¿Hay alguien que contar pueda qué entraña mayor dificultad, rechazo, fastidio: tenérselas que haber con el propio sexo a solas, o con el a palo seco de tu propia inteligencia sin poder contrastar opiniones?
¡¿Y si te tocan en suerte las dos?! ¿Qué diríamos a eso? ¿Tiene remedio? ¡¿Dónde?! Si no aparece por parte alguna interlocutor válido o pareja.
¿Sería ello señal de algún tipo de "deformidad" (siempre entre comillas esta palabra como se merece) en el sujeto aludido? ¿O sería, por contra, señal de algún tipo de singularidad o "evolución", a la que todavía no alcanzan los otros, en el determinado sujeto?
Eso es lo que parece sugerir el TIPO DE EVOLUCIÓN al que son debidos los cambios en el cerebro y sus productos de nuestra especie, según nos lo cuenta el magnífico descubrimiento de la paleontóloga Anne Dambricourt (y la ortodoncista Marie-Josèphe Deshayes, que también observó lo mismo en la base del cráneo y el anclaje maxilar), que vio que nuestro hueso esfenoides (el primero de nuestros huesos, con forma de mariposa, en formarse), sus cambios morfológicos (se dobla) y de disposición en nuestra bóveda craneal, nos conduce hacia un aumento de la masa encefálica, pues la bóveda craneal se eleva (al mismo tiempo que nos erguimos), aumento que condujo a la región más noble del cerebro, corteza cerebral. Última curvatura de ese hueso, o doblarse del mismo conduciendo a la aparición del hombre moderno, hace 160.000 años.
¡Y seguimos experimentándolo! Con lo cual ¿Es imposible que surjan individuos a los cuales aísle su adelantada evolución respecto a otros, dado que esa evolución se irá presentando gradualmente en todos los grupos humanos hasta ser regla general, hasta que no quede ya sapiens sapiens de hoy día, sino la especie que le sustituya? ¿Y en qué ámbitos de lo humano se manifestaría primero o antes esa evolución sino en lo más propio de la corteza cerebral: el pensar, el sentir?
El homo futurus. Sexto, ¿y último?, doblarse sobre sí ese hueso con forma de mariposa que al sustentar nuestros cráneos y conformarlos, sustenta toda nuestra arquitectura. Como si este hueso mariposa, los genes que actúan para conformarlo, llevasen escrita toda nuestra historia, pasada y por venir.
Yo creo que estamos en medio de un cambio evolutivo tan grande que tenemos dificultad imaginándolo—Un cambio muy dramático dándonos a luz a nosotros y a la Tierra hacia una dimensión más alta.
La mariposa del esfenoides y la sexta evolución humana que ya está aquí
¡¿Y si te tocan en suerte las dos?! ¿Qué diríamos a eso? ¿Tiene remedio? ¡¿Dónde?! Si no aparece por parte alguna interlocutor válido o pareja.
¿Sería ello señal de algún tipo de "deformidad" (siempre entre comillas esta palabra como se merece) en el sujeto aludido? ¿O sería, por contra, señal de algún tipo de singularidad o "evolución", a la que todavía no alcanzan los otros, en el determinado sujeto?
Eso es lo que parece sugerir el TIPO DE EVOLUCIÓN al que son debidos los cambios en el cerebro y sus productos de nuestra especie, según nos lo cuenta el magnífico descubrimiento de la paleontóloga Anne Dambricourt (y la ortodoncista Marie-Josèphe Deshayes, que también observó lo mismo en la base del cráneo y el anclaje maxilar), que vio que nuestro hueso esfenoides (el primero de nuestros huesos, con forma de mariposa, en formarse), sus cambios morfológicos (se dobla) y de disposición en nuestra bóveda craneal, nos conduce hacia un aumento de la masa encefálica, pues la bóveda craneal se eleva (al mismo tiempo que nos erguimos), aumento que condujo a la región más noble del cerebro, corteza cerebral. Última curvatura de ese hueso, o doblarse del mismo conduciendo a la aparición del hombre moderno, hace 160.000 años.
¡Y seguimos experimentándolo! Con lo cual ¿Es imposible que surjan individuos a los cuales aísle su adelantada evolución respecto a otros, dado que esa evolución se irá presentando gradualmente en todos los grupos humanos hasta ser regla general, hasta que no quede ya sapiens sapiens de hoy día, sino la especie que le sustituya? ¿Y en qué ámbitos de lo humano se manifestaría primero o antes esa evolución sino en lo más propio de la corteza cerebral: el pensar, el sentir?
El homo futurus. Sexto, ¿y último?, doblarse sobre sí ese hueso con forma de mariposa que al sustentar nuestros cráneos y conformarlos, sustenta toda nuestra arquitectura. Como si este hueso mariposa, los genes que actúan para conformarlo, llevasen escrita toda nuestra historia, pasada y por venir.
Yo creo que estamos en medio de un cambio evolutivo tan grande que tenemos dificultad imaginándolo—Un cambio muy dramático dándonos a luz a nosotros y a la Tierra hacia una dimensión más alta.
Dándonos a luz a Nosotros y a la Tierra hacia una Nueva Realidad
Cuando pienso en este cambio, imagino una oruga que no tiene conciencia de que está a punto de volverse una mariposa monarca.
Veo a las hembras Monarcas (Dios) poniéndonos como huevos en la parte inferior de las hojas de un arbusto (la Tierra). Cuando salimos del cascarón como larvas terrícolas, nos alimentamos de las hojas de la planta (la vida) y ahora nos volvimos orugas maduras. En algún punto, recibimos una señal que nos dice que está llegando el cambio.
La oruga detiene lo que ha estado haciendo y se adhiere cabeza abajo a una rama para hilar una crisálida que lo contendrá mientras se transforma en una mariposa.
Dentro de esta crisálida, la sustancia de la oruga se disuelve en un tipo de sopa primaria y cambia la codificación de su ADN, transformándolo completamente en un nuevo ser.
Esta crisálida se va haciendo cada vez más transparente durante la metamorfosis. Entonces cruje para abrirse y surge la mariposa. Como sus alas se secan lentamente, ya no está confinada a arrastrarse.
Tiene alas para alzarse al cielo y volar, siendo libre para vivir en una nueva realidad. Esto es lo que creo que está a punto de pasarnos a usted, a mí y a toda la humanidad.
He estado pensando acerca de este cambio por un buen rato.
Veo a muchas personas recibiendo señales internas diciéndoles que esta metamorfosis ya está sucediendo. Han descubierto que las noticias que escuchamos y leemos están distorsionadas y diseñadas a mentalizarnos como rebaño. Ser atrapados en mentalidad de rebaño nos ha hecho como los hombres ciegos de Mullah Nasruddin. No hemos sido capaces de ver el bosque por los árboles, y reconocer que El Cambio está sucediendo.
Nuestra incapacidad para ver el cuadro completo nos ha entrampado en creencias limitantes que se han vuelto una caja que opera como Matriz. Muchos están dándose cuenta que nosotros realmente vivimos en una matriz y están buscando las claves y códigos necesarios para liberarnos de creencias limitantes sobre quienes somos.
Mientras muchas personas están buscando la verdad, también están retirándose del caos, del tumulto y de lo mundano. Han parado la lectura del periódico y la TELEVISIÓN y gastan más tiempo meditando, leyendo materiales inspirados, estando en la naturaleza y buscando a otros que sienten que este cambio está sucediendo.
El próximo paso es el que parece más aterrador: rendirse al impulso de colgarnos al revés y comenzar a hilar nuestra crisálida. Como la oruga, nos enfrentamos a perder nuestra identidad y disolvernos en una sopa primordial.
Esto sólo trae a la superficie nuestro miedo a la muerte – no solo de nuestro ego, sino que de nuestro cuerpo físico e incluso nuestra alma. Con razón estamos sintiéndonos ansiosos. ¿Podemos confiar que emergeremos de esta sopa como una mariposa Monarca?
EL ESFENOIDE
Nació el Homo Erectus hace un millón de años hasta hace 300.000 años. Con la corpulencia y peso parecida a los actuales seres humanos. Se convirtió en el único homínido existente y llegó a pesar 70 k. y ha medir 1,80 cm. Y con un cerebro de volumen entre 850 y 1100 cm. cúbicos que pesaba como las tres cuartas partes que el cerebro actual. Este ser fabricó utensilios y se reprodujo por muchas partes del globo terrestre. Era una época glacial y el mar se echaba hacia atrás por la gran cantidad de hielo que se formaba, esto les permitió poder cambiar de continente. Ocupo parte de África, Europa y Asia y empezó ha usar el fuego.
Hacia el 200.000 a. n.e. el homo Erectus se extinguió, pero unos evolucionaron hacia cerebros tan voluminosos como los nuestros, aunque eran menores por delante y mayores por detrás. Eran los Neandertales. Sus cráneos tenían un volumen medio de 1350 cm. cúbicos, y se diferencia del actual cráneo humano porque tenían muy pronunciada la parte supraorbital y la frente y la barbilla hundidas, con dientes anchos y mandíbula prominente. Aparecieron muchos esqueletos todos con la misma forma del cráneo. A esta especie se la considera como Homo Sapiens Neanderthalensis, que junto con nosotros somos las de las subespecies del Homo Sapiens, de hecho se parecen muchos a nosotros excepto por el cráneo. Esta especie vivió desde los 200.000 a los 30.000 a. n.e. en África y Europa coincidiendo con los periodos glaciales.
DETERMINACION DE LA EDAD DE UN CRANEO |
Cronología de la Dentición: El análisis de la evolución de la dentición temporal y permanente ofrece un rango que va desde los seis meses (erupción de los incisivos temporales inferiores) hasta los 21 años (erupción de los terceros molares definitivos); datos que permiten deducir de manera precisa la edad del espécimen. Osificación de las suturas del cráneo: En general, hacia los treinta años comienza la osificación de las suturas de la calota; proceso que se desarrolla desde endocráneo hacia exocráneo. Una de las primeras suturas que sufre sinostosis es la sutura sagital, situación que comienza hacia los 30 años; de modo tal que hacia los 35 años ya se observa este proceso en la cara exocraneal de la calota. Le sigue luego la sutura coronal, a partir los 38, proceso de osificación avanza desde bregma hacia pterion, de modo que hacia los 42 años la sutura completa aparece como una sinostosis. Otro tanto ocurre en la sutura parieto-occipital, cuyo proceso de osificación avanza desde lambda (42 años) hacia asterion (47 años). La osificación del ala mayor del esfenoides con el parietal y el frontal (pterion) ocurre hacia los 60 años. Un poco más tarde (65 años) ocurre lo mismo a nivel de la sutura entre el ala mayor con la escama del temporal. Por su parte, la sutura occipito-mastoidea se osifica hacia la séptima década. La osificación de la sutura escamosa (borde inferior del parietal con la escama del temporal) ocurre tardíamente, hacia la octava década de la vida. |
En algún momento posterior al 50.000 a. n.e., existió una variedad de Neandertales con la región supraorbital menos pronunciada, con frente despejada, barbilla bien delineada y dientes más pequeños. Se trata del homínido idéntico al hombre actual. Somos Homo Sapiens. Entre los 50.000 y las 30.000 ambas especies de Homo Sapiens convivieron, hasta que prevaleció como única especie el Homo Sapiens. En esta época los mares descendieron mucho y pudieron poblar por primera vez los continentes de Australia y Norteamérica y se abrieron paso hacia el archipiélago Japonés.
Todas las áreas continentales excepto los polos fueron objeto de asentamientos. Estos seres pintaban, tenían arcos y flechas, lámparas de aceite, domesticaron los animales y vivían de la caza y eran nómadas. También realizaban el pensamiento abstracto y los enterramientos con rituales.
Sobre el 8.000 a. n.e. se practico la agricultura y el sedentarismo. Luego vino la cerámica, el tejido, el regadío, el cobre, las balanzas, los relojes de sol, el bronce, los carros, etc. todo hasta nuestros días viene de esta especie humana que por su evolución le ha hecho mucho más inteligente que las anteriores, en gran medida gracias a las dimensiones de su cráneo.
Ya sabiendo todo esto, podemos pensar que nuestros cerebros y nuestro cuerpo están en constante cambio, están evolucionando para mejorar la especie humana.
Hoy en día no se puede afirmar con severidad que la inteligencia humana depende únicamente del volumen craneal, ya que grandes pensadores y mentes muy lucidas nacieron con volúmenes craneales entre 1.000 y 2.000 cm. cúbicos. Hoy en día nuestro cerebro es tres veces mayor que el de los grandes primates, como el gorila y los chimpancés.
Podemos asegurar que el tratamiento cráneo-sacral ayuda enormemente a la evolución de nuestros cerebros y a mejorar y potenciar nuestra inteligencia y nuestras ganas de saber o de adquirir conocimiento. Con esta terapia adquiriremos mayor lucidez mental, inteligencia, claridad y mejoraremos nuestra capacidad mental. Nuestro volumen craneal se mejora notablemente y nuestro cerebro no se ve tan forzosamente oprimido.
Nuestra genética va mejorando y nosotros podemos hacer mucho por nuestras cabezas y por nuestro sistema nervioso en general, a través de la terapia cráneo-sacral.
" Esfenoide" La teoria de la Evolucion
- Hace 60 millones de años los prosimios tenían un esfenoides horizontal y plano como la inmensa mayoría de los demás animales con cerebro.
- Hace unos 40 millones de años, en los simios el esfenoides tenía una primera inclinación hacia abajo lo cual permitía un aumento de la capacidad encefálica. Los lóbulos occipitales obtuvieron más espacio y así se logró un perfeccionamiento de la visión estereoscópica y probablemente de la memoria visual.
- Hace menos de 12 millones de años se produjo una nueva inclinación hacia abajo, esto en la línea evolutiva dio origen a los antropoides, lo cual implica un cerebro aún mayor en proporción al resto del cuerpo.
- Hace unos 6 millones de años, con los Australopithecus, la inclinación del esfenoides se volvió a acentuar, y con ello se incrementó la capacidad neurocraneal.
- Hace 2 millones de años se produjo la misma inclinación hacia abajo del esfenoides, coincidiendo con un total bipedismo. Tal bipedismo, supone la necesidad de un cerebro voluminoso con redes neuronales complejas como para mantener esa posición opuesta a la gravedad. Es también probable que esa nueva posición del esfenoides permitiera un habla rudimentaria, cuyos fonemas eran chasquidos y tonos guturales.
- Entre 200.000 y 160.000 años atrás el esfenoides obtuvo la inclinación que se encuentra en el Homo Sapiens Sapiens. Este hecho coincide con un aumento de la capacidad cerebral, (en especial de los lóbulos frontales) y una mayor irrigación sanguínea para el cerebro.
Durante décadas, los poderes de la mente han sido cuestiones asociadas al mundo "esotérico", cosas de locos. La mayor parte de la gente desconoce que la mecánica cuántica, es decir, el modelo teórico y práctico dominante hoy día en el ámbito de la ciencia, ha demostrado la interrelación entre el pensamiento y la realidad. Que cuando creemos que podemos, en realidad, podemos. Sorprendentes experimentos en los laboratorios más adelantados del mundo corroboran esta creencia.
El estudio sobre el cerebro ha avanzado mucho en las últimas décadas mediante las "tomografías". Conectando electrodos a este órgano, se determina donde se produce cada una de las actividades de la mente. La fórmula es bien sencilla: se mide la actividad eléctrica mientras se produce una actividad mental, ya sea racional, como emocional, espiritual o sentimental y así se sabe a qué área corresponde esa facultad.
Estos experimentos en neurología han comprobado algo aparentemente descabellado: cuando vemos un determinado objeto aparece actividad en ciertas partes de nuestro cerebro… pero cuando se exhorta al sujeto a que cierre los ojos y lo imagine, la actividad cerebral es ¡idéntica! Entonces, si el cerebro refleja la misma actividad cuando "ve" que cuando "siente", llega la gran pregunta: ¿cuál es la Realidad? "La solución es que el cerebro no hace diferencias entre lo que ve y lo que imagina porque las mismas redes neuronales están implicadas; para el cerebro, es tan real lo que ve como lo que siente", afirma el bioquímico y doctor en medicina quiropráctica, Joe Dispenza en el libro "¿y tú qué sabes?". En otras palabras, que fabricamos nuestra realidad desde la forma en que procesamos nuestras experiencias, es decir, mediante nuestras emociones.
La farmacia del cerebro
En un pequeño órgano llamado hipotálamo se fabrican las respuestas emocionales. Allí, en nuestro cerebro, se encuentra la mayor farmacia que existe, donde se crean unas partículas llamadas "péptidos", pequeñas secuencias de aminoácidos que, combinadas, crean las neurohormonas o neuropéptidos. Ellas son las responsables de las emociones que sentimos diariamente. Según John Hagelin, profesor de física y director del Instituto para la ciencia, la tecnología y la política pública de la Universidad Maharishi, dedicado al desarrollo de teorías del campo unificado cuántico: "hay química para la rabia, para la felicidad, para el sufrimiento, la envidia…"
En el momento en que sentimos una determinada emoción, el hipotálamo descarga esos péptidos, liberándolos a través de la glándula pituitaria hasta la sangre, que conectará con las células que tienen esos receptores en el exterior. El cerebro actúa como una tormenta que descarga los pensamientos a través de la fisura sináptica. Nadie ha visto nunca un pensamiento, ni siquiera en los más avanzados laboratorios, pero lo que sí se ve es la tormenta eléctrica que provoca cada mentalismo, conectando las neuronas a través de las "fisuras sinápticas".
Cada célula tiene miles de receptores rodeando su superficie, como abriéndose a esas experiencias emocionales. Candance Pert, poseedora de patentes sobre péptidos modificados y profesora en la universidad de medicina de Georgetown, lo explica así: "Cada célula es un pequeño hogar de conciencia. Una entrada de un neuropéptido en una célula equivale a una descarga de bioquímicos que pueden llegar a modificar el núcleo de la célula".
Nuestro cerebro crea estos neuropéptidos y nuestras células son las que se acostumbran a "recibir" cada una de las emociones: ira, angustia, alegría, envidia, generosidad, pesimismo, optimismo… Al acostumbrarse a ellas, se crean hábitos de pensamiento. A través de los millones de terminaciones sinápticas, nuestro cerebro está continuamente recreándose; un pensamiento o emoción crea una nueva conexión, que se refuerza cuando pensamos o sentimos "algo" en repetidas ocasiones. Así es como una persona asocia una determinada situación con una emoción: una mala experiencia en un ascensor, como quedarse encerrado, puede hacer que el objeto "ascensor" se asocie al temor a quedarse encerrado. Si no se interrumpe esa asociación, nuestro cerebro podría relacionar ese pensamiento-objeto con esa emoción y reforzar esa conexión, conocida en el ámbito de la psicología como "fobia" o "miedo".
Todos los hábitos y adicciones operan con la misma mecánica. Un miedo (a no dormir, a hablar en público, a enamorarse) puede hacer que recurramos a una pastilla, una droga o un tipo de pensamiento nocivo. El objetivo inconsciente es "engañar" a nuestras células con otra emoción diferente, generalmente, algo que nos excite, "distrayéndonos" del miedo. De esta manera, cada vez que volvamos a esa situación, el miedo nos conectará, inevitablemente, con la "solución", es decir, con la adicción. Detrás de cada adicción (drogas, personas, bebida, juego, sexo, televisión) hay pues un miedo insertado en la memoria celular.
La buena noticia es que, en cuanto rompemos ese círculo vicioso, en cuanto quebramos esa conexión, el cerebro crea otro puente entre neuronas que es el "pasaje a la liberación". Porque, como ha demostrado el Instituto Tecnológico de Massachussets en sus investigaciones con lamas budistas en estado de meditación, nuestro cerebro está permanentemente rehaciéndose, incluso, en la ancianidad. Por ello, se puede desaprender y reaprender nuevas formas de vivir las emociones.
Mente creadora
Los experimentos en el campo de las partículas elementales han llevado a los científicos a reconocer que la mente es capaz de crear. En palabras de Amit Goswani, profesor de física en la universidad de Oregón, el comportamiento de las micropartículas cambia dependiendo de lo que hace el observador: "cuando el observador mira, se comporta como una onda, cuando no lo hace, como una partícula". Ello quiere decir que las expectativas del observador influyen en la Realidad de los laboratorios… y cada uno de nosotros está compuestos de millones de átomos.
Traducido al ámbito de la vida diaria, esto nos llevaría a que nuestra Realidad es, hasta cierto punto, producto de nuestras propias expectativas. Si una partícula (la mínima parte de materia que nos compone) puede comportarse como materia o como onda… Nosotros podemos hacer lo mismo.
La realidad molecular
Los sorprendentes experimentos del científico japonés Masaru Emoto con las moléculas de agua han abierto una increíble puerta a la posibilidad de que nuestra mente sea capaz de crear la Realidad. "Armado" de un potente microscopio electrónico con una diminuta cámara, Emoto fotografió las moléculas procedentes de aguas contaminadas y de manantial. Las metió en una cámara frigorífica para que se helaran y así, consiguió fotografiarlas. Lo que encontró fue que las aguas puras creaban cristales de una belleza inconmensurable, mientras que las sucias, sólo provocaban caos. Más tarde, procedió a colocar palabras como "Amor" o "Te odio", encontrando un efecto similar: el amor provocaba formas moleculares bellas mientras que el odio, generaba caos.
Por último, probó a colocar música relajante, música folk y música thrash metal, con el resultado del caos que se pudieron ver en las fotografías.
La explicación biológica a este fenómeno es que los átomos que componen las moléculas (en este caso, los dos pequeños de Hidrógeno y uno grande de Oxígeno) se pueden ordenar de diferentes maneras: armoniosa o caóticamente. Si tenemos en cuenta que el 80% de nuestro cuerpo es agua, entenderemos cómo nuestras emociones, nuestras palabras y hasta la música que escuchamos, influyen en que nuestra realidad sea más o menos armoniosa. Nuestra estructura interna está reaccionando a todos los estímulos exteriores, reorganizando los átomos de las moléculas.
El valioso vacío atómico
Aunque ya los filósofos griegos especularon con su existencia, el átomo es una realidad científica desde principios de siglo XX. La física atómica dio paso a la teoría de la relatividad y de ahí, a la física cuántica. En las escuelas de todo el mundo se enseña hoy día que el átomo está compuesto de partículas de signo positivo (protones) y neutras (neutrones) en su núcleo y de signo negativo (electrones) girando a su alrededor. Su organización recuerda extraordinariamente a la del Universo, unos electrones (planetas) girando alrededor de un sol o núcleo (protones y neutrones). Lo que la mayoría desconocíamos es que la materia de la que se componen los átomos es prácticamente inexistente. En palabras de William Tyler, profesor emérito de ingeniería y ciencia de la materia en la universidad de Stanford, "la materia no es estática y predecible. Dentro de los átomos y moléculas, las partículas ocupan un lugar insignificante: el resto es vacío".
En otras palabras, que el átomo no es una realidad terminada sino mucho más maleable de lo que pensábamos. El físico Amit Goswani es rotundo: "Heinsenberg, el codescubridor de la mecánica cuántica, fue muy claro al respecto; los átomos no son cosas, son TENDENCIAS. Así que, en lugar de pensar en átomos como cosas, tienes que pensar en posibilidades, posibilidades de la consciencia. La física cuántica solo calcula posibilidades, así que la pregunta viene rápidamente a nuestras mentes, ¿quién elige de entre esas posibilidades para que se produzca mi experiencia actual? La respuesta de la física cuántica es rotunda: La conciencia está envuelta, el observador no puede ser ignorado".
¿Qué realidad prefieres?
El ya famoso experimento con la molécula de fullerano del doctor Anton Zeillinger, en la Universidad de Viena, testificó que los átomos de la molécula de fullerano (estructura atómica que tiene 60 átomos de cárbón) eran capaces de pasar por dos agujeros simultáneamente. Este experimento "de ciencia ficción" se realiza hoy día con normalidad en laboratorios de todo el mundo con partículas que han llegado a ser fotografiadas. La realidad de la bilocación, es decir, que "algo" pueda estar en dos lugares al mismo tiempo, es algo ya de dominio público, al menos en el ámbito de la ciencia más innovadora. Jeffrey Satinover, ex presidente de la fundación Jung de la universidad de Harvard y autor de libros como "El cerebro cuántico" y "El ser vacío", lo explica así: "ahora mismo, puedes ver en numerosos laboratorios de Estados Unidos, objetos suficientemente grandes para el ojo humano, que están en dos lugares al mismo tiempo, e incluso se les puede sacar fotografías. Yo creo que mucha gente pensará que los científicos nos hemos vuelto locos, pero la realidad es así, y es algo que todavía no podemos explicar".
Quizás porque algunos piensen que la gente "de a pie" no va a comprender estos experimentos, los científicos todavía no han conseguido alertar a la población de las magníficas implicaciones que eso conlleva para nuestras vidas, aunque las teorías anejas sí forman parte ya del dominio de la ciencia divulgativa.
Seguramente la teoría de los universos paralelos, origen de la de la "superposición cuántica", es la que ha conseguido llegar mejor al gran público. Lo que viene a decir es que la Realidad es un número "n" de ondas que conviven en el espacio-tiempo como posibilidades, hasta que UNA se convierte en Real: eso será lo que vivimos. Somos nosotros quienes nos ocupamos, con nuestras elecciones y, sobre todo, con nuestros pensamientos ("yo sí puedo", "yo no puedo") de encerrarnos en una realidad limitada y negativa o en la consecución de aquellas cosas que soñamos. En otras palabras, la física moderna nos dice que podemos alcanzar todo aquello que ansiamos (dentro de ese abanico de posibilidades-ondas, claro).
En realidad, los descubrimientos de la física cuántica vienen siendo experimentados por seres humanos desde hace milenios, concretamente, en el ámbito de la espiritualidad. Según el investigador de los manuscritos del Mar Muerto, Greg Braden, los antiguos esenios (la comunidad espiritual a la que, dicen, perteneció Jesucristo) tenían una manera de orar muy diferente a la actual. En su libro "El efecto Isaías: descodificando la perdida ciencia de al oración y la plegaria", Braden asegura que su manera de rezar era muy diferente a la que los cristianos adoptarían. En lugar de pedir a Dios "algo", los esenios visualizaban que aquello que pedían ya se había cumplido, una técnica calcada de la que hoy se utiliza en el deporte de alta competición, sin ir más lejos. Seguramente, muchos han visto en los campeonatos de atletismo cómo los saltadores de altura o pértiga realizan ejercicios de simulación del salto: interiormente se visualizan a sí mismos, ni más ni menos que realizando la proeza. Esta técnica procede del ámbito de la psicología deportiva, que ha desarrollado técnicas a su vez recogidas del acervo de las filosofías orientales. La moderna Programación Neurolingüística, usada en el ámbito de la publicidad, las relaciones públicas y de la empresa en general, coincide en recurrir al tiempo presente y a la afirmación como vehículo para la consecución de los logros. La palabra sería un paso más adelante en la creación de la Realidad, por lo que tenemos que tener cuidado con aquello que decimos pues, de alguna manera, estamos atrayendo esa realidad.
La búsqueda científica del alma
En las últimas décadas, los experimentos en el campo de la neurología han ido encaminados a encontrar donde reside la conciencia. Fred Alan Wolf, doctor en física por la universidad UCLA, filósofo, conferenciante y escritor lo explica así en "¿Y tú qué sabes?" de la que se espera la segunda parte en pocos meses: "Los científicos hemos tratado de encontrar al observador, de encontrar la respuesta a quién está al mando del cerebro: sí, hemos ido a cada uno de los escondrijos del cerebro a encontrar el observador y no lo hemos hallado; no hemos encontrado a nadie dentro del cerebro, nadie en las regiones corticales del cerebro pero todos tenemos esa sensacion de ser el observador". En palabras de este científico, las puertas para la existencia del alma están abiertas de par en par: "Sabemos lo que el observador hace pero no sabemos quién o qué cosa es el observador". Con la Teoría Cuántica, nos hemos dado cuenta que la realidad exterior puede modificarse o ser cambiada.
Solo tenemos que tener claro en nuestra consciencia de lo queremos para nuestra vida y eso tendremos, es decir, si nos proponemos algo y nos conscientizamos que si podemos, lo lograremos. Si pensamos positivamente en que obtendremos algo, se realizará. Si deseamos que llegue el amor a nuestras vidas, el triunfo, la victoria, el trabajo, seguramente llegará. Solo nosotros somos los diseñadores de nuestro destino, de acuerdo a nuestra forma de pensar. virgilio
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